Ser más productivo no significa hacer más cosas, sino hacer lo que realmente importa con el menor desgaste posible. En un entorno profesional cada vez más exigente, desarrollar una rutina basada en hábitos eficaces es clave para ganar tiempo, reducir el estrés y conseguir resultados sostenibles en el tiempo.
En este artículo te presento los 10 hábitos más eficaces para mejorar tu productividad personal y profesional, todos basados en técnicas reales, principios respaldados por la ciencia y rutinas de personas altamente productivas. Incluimos también la famosa Técnica Pomodoro, que te ayudará a mantener la concentración sin agotarte mentalmente.
¿Qué es ser más productivo?
La productividad no consiste en estar ocupado todo el día, sino en ser eficiente en la ejecución de las tareas que realmente aportan valor. Una persona productiva es aquella que sabe gestionar su energía, priorizar lo importante y trabajar con enfoque, sin necesidad de estar permanentemente conectada o saturada de tareas.
Hoy en día, donde la multitarea, las notificaciones constantes y el exceso de información dificultan el rendimiento, la productividad se convierte en un hábito que se cultiva, no en una virtud innata.

10 consejos para ser más productivo
Presta atención a tu descanso
El descanso es el pilar de cualquier sistema productivo. Dormir mal afecta directamente a tu concentración, memoria y capacidad de tomar decisiones. Dormir entre 7 y 8 horas permite que tu cerebro se regenere y tu cuerpo se recupere.
También es fundamental incorporar pausas a lo largo del día. Aquí entra en juego la Técnica Pomodoro, una de las más efectivas para mantener la concentración: consiste en trabajar durante 25 minutos con foco total y luego descansar 5 minutos. Cada cuatro “pomodoros”, se recomienda hacer una pausa más larga de 15 a 30 minutos. Así se mantiene el rendimiento sin caer en la fatiga.
Planifica tu día
Empezar el día sin un plan claro es una receta segura para la dispersión. La planificación te da control, reduce el estrés y te ayuda a tomar mejores decisiones. Antes de comenzar tu jornada, dedica unos minutos a definir tus objetivos principales y organizar tus tareas por orden de prioridad.
Una planificación efectiva no tiene por qué ser compleja: puedes hacerlo en una libreta, una app o incluso la noche anterior. Lo importante es que determines qué vas a hacer, cuándo y en qué orden.
Gestiona bien tu tiempo
No se trata de tener más horas, sino de aprovechar mejor las que tienes. Aprende a identificar cuáles son tus bloques de mayor energía durante el día (por ejemplo, las primeras horas de la mañana) y resérvalos para las tareas más complejas o importantes.
Agrupa tareas similares, limita el número de reuniones y usa métodos como la regla 80/20 (el principio de Pareto), que dice que el 80% de los resultados provienen del 20% de tus acciones. Si dominas tu tiempo, dominas tus resultados.
Evita las distracciones
Cada vez que una notificación o interrupción te saca de tu foco, tu cerebro necesita varios minutos para volver al estado de concentración original. Imagina cuánto rendimiento estás perdiendo en una jornada típica.
Para evitar esto, silencia notificaciones, establece horarios fijos para revisar el correo y crea entornos donde sea fácil concentrarte. La Técnica Pomodoro, al dividir tu trabajo en intervalos de atención plena, es una gran aliada para combatir distracciones internas y externas.

No trabajes en multitarea
La multitarea es uno de los grandes mitos modernos. Saltando entre tareas pierdes foco, aumentas el estrés y reduces tu eficiencia. El cerebro humano no está diseñado para atender varios procesos complejos simultáneamente.
La recomendación es clara: aplica la monotarea estratégica. Ataca una única tarea importante, sin interrupciones, hasta finalizarla. Luego haz una pausa y sigue con la siguiente. Puedes usar una plantilla Excel de seguimiento de tareas en curso, para ver en qué estás, qué sigue y evitar saltos innecesarios.
Establece un buen ambiente para concentrarte
El entorno físico tiene un impacto directo en tu capacidad de concentración. Un espacio de trabajo limpio, ordenado y bien iluminado mejora tu rendimiento y reduce las distracciones visuales y mentales.
Dedica unos minutos al inicio del día a organizar tu escritorio, preparar los materiales que necesitas y minimizar ruidos. Usa auriculares, mantén una postura ergonómica y asegúrate de tener agua a mano. Pequeños ajustes que marcan grandes diferencias.
Aprende a decir que no
Decir “sí” a todo es una de las formas más rápidas de saturarte. Aprender a decir “no” con criterio y asertividad es una habilidad clave de cualquier persona productiva. No todo es urgente ni importante, y no todo te corresponde a ti.
Evalúa cada solicitud que recibes: ¿te acerca a tus objetivos o te aleja? Si no aporta valor real, declínala o renegocia los plazos. Respetar tu tiempo es también respetar tu rendimiento.
Automatiza las tareas repetitivas
Identifica las tareas que haces una y otra vez y busca formas de simplificarlas o automatizarlas. Desde programar correos hasta utilizar herramientas que agilicen tus procesos, el objetivo es ahorrar tiempo y reducir la carga mental.
Hoy en día hay infinidad de herramientas que permiten automatizar procesos básicos sin conocimientos técnicos. El tiempo que inviertas en diseñar estos atajos se traduce en horas ganadas cada semana.
Incluye hábitos saludables
La productividad también depende de tu estado físico y mental. Una buena alimentación, el ejercicio regular y mantenerte hidratado influyen directamente en tu energía y claridad mental.
No necesitas grandes cambios: una caminata diaria, evitar comidas pesadas durante el trabajo o respirar conscientemente unos minutos al día pueden marcar una gran diferencia. Un cuerpo sano es un aliado estratégico para rendir mejor.
Celebra los éxitos
A menudo pasamos de una tarea a otra sin reconocer nuestros logros. Celebrar tus avances, por pequeños que sean, refuerza tu motivación y te ayuda a consolidar hábitos productivos.
Revisar lo que has conseguido al final del día o la semana no solo te hace más consciente de tu progreso, también te permite ajustar lo que no funcionó. Esta retroalimentación continua es una de las claves del alto rendimiento sostenible.
Mejor comunicación
La productividad también depende de cómo nos comunicamos con los demás. Una mala comunicación genera malentendidos, retrabajo y pérdida de tiempo.
Practica la escucha activa, sé claro en tus mensajes y asegúrate de que los acuerdos queden documentados. Cuanto más efectiva sea tu comunicación, más fluido será tu trabajo y el de quienes te rodean.
En definitiva, la productividad no es fruto del azar, sino de hábitos bien definidos y mantenidos en el tiempo. Implementar estos 10 hábitos no solo te permitirá trabajar de forma más eficiente, sino también disfrutar más del proceso, reduciendo el estrés y aumentando tu satisfacción personal y profesional. Y recuerda: no estás solo en este camino. En TodoPlantillasExcel.com tienes a tu disposición herramientas prácticas, como plantillas Excel diseñadas para planificar, automatizar y optimizar tu día a día. Porque cuando combinas buenos hábitos con las herramientas adecuadas, el resultado no es solo productividad… es progreso.

Hola, mi nombre es Ángel Novella Estellés.
Soy Ingeniero Industrial Mecánico, colegiado COIICV Nº 7668.
Cuento con un largo recorrido en el manejo de Excel, desde hace más de 10 años.
Ha llegado el momento de compartir mis conocimientos con todos vosotros y las plantillas que he ido haciendo a lo largo de mis años de profesional.